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Si la pregunta es cómo veo la situación política local, creo que en Escobar se da, como en otros ámbitos provinciales, una especie de confusión, dados los cambios o "pases". Se discute si se vota a las personas o a los partidos, algunos presentan ideas y otros cuentan favores como monedas de cambio por los votos.
De un partido que parecía perpetuarse en el tiempo, quedaron funcionarios diseminados y luego vueltos a agrupar y rebautizados, justicialistas.
La fuerza K atrajo y por lo visto, después repelió a personas de muy diversos ámbitos, que ahora migran hacia espacios mejor puntuados.
Pero hay que observar con detenimiento los cambios para encontrar un patrón: algunos cambian de espacios, para obtener siempre algún cargo pago, en general son los mismos personajes que buscan caer siempre de pie y beatifican hoy lo que repudiaron ayer o repudian de la manera más absoluta a los mismos que compartieron su mesa.
Otros cambian porque los espacios políticos dejaron de representarlos o justamente, para no cambiar las ideas rectoras, principios, si vale la palabra, aunque los principios no paguen dividendos, ni se otorguen premios por mantenerlos.
En lo personal, conozco y confío en la integridad moral de Jorge Derra, que esta vez integra una fuerza nueva, a la que seguramente habrá que darle tiempo para instalarse y crecer, pero que presenta una opción válida para los ciudadanos, sobre todo para quienes buscan transparencia en la política.
Con Jorge hemos trabajado juntos dos de los cuatro años en que fuimos concejales y coincidimos en muchas cosas, sobre todo, en el hecho de ver nuestra función de representantes de la gente como un servicio y no como un medio de crecimiento económico. Ambos vivimos, antes y después de nuestra función pública, de nuestro trabajo. Los hechos hablan por sí mismos y la gente sabe quién es quién y qué se puede esperar de cada uno.
No la política, sino los políticos son el objeto de la desilusión de la gente, pero, siguiendo una idea de Emerson: No tomemos como normal, lo que solamente es frecuente, porque entonces creeremos que es inmutable y nos perdemos la posibilidad de mejorarlo. Prestemos atención: en la política, todavía hay muchas cosas que podemos y debemos mejorar. Elijamos cambiarlas.