martes, 9 de diciembre de 2008

SUS ACREEDORES DEBERAN SEGUIR ESPERANDO

Fracasó el primer remate
del molino Nutrimentos

El remate de las cuatro hectáreas y media de la planta de Nutrimentos no encontró el miércoles ningún interesado en la suma fijada por el Juzgado Nacional de Instrucción Nº 1 en lo Comercial y desalentó así a sus acreedores, que ahora deberán esperar una nueva convocatoria.
La subasta era esperada con importantes expectativas por decenas de trabajadores que quedaron desempleados ante la quiebra de fábrica, en 2001, varios de los cuales todavía permanecen en sus instalaciones para evitar la ocupación ilegal del inmueble, según explican. Al mismo tiempo, juntan unos pesos con una balanza en la que de cinco a siete camiones controlan su peso diariamente.
Varios de estos trabajadores concurrieron el miércoles a la mañana al edificio de la calle Perón 1233, en Capital Federal, donde se realizó el remate, que tuvo como precio base la suma de dos millones y medio de dólares establecida por la justicia. La desilusión no fue menor cuando se comprobó que a esos valores no existiría ninguna oferta.
Debido al fracaso de esta primera convocatoria, los acreedores de Nutrimentos deberán esperar un segundo remate, donde se calcula que el precio base descendería un 20%. Si en esa oportunidad, que no se daría antes de marzo, según estiman, tampoco aparecieran interesados, habría que esperar una tercera instancia, en la que solo se recibirían ofertas a sobre cerrado.
Por ahora, dadas las circunstancias, también habrá que esperar para comprobar si tienen o no asidero los rumores que dan por seguro que el comprador del viejo molino de la ruta 25 será el vecino de enfrente, Gregorio Pérez Companc, que en su bioparque Temaikèn está construyendo "El lugar de las aves", a inaugurarse en diciembre de 2009.
Esta hipótesis tiene origen real, ya que en 2001 el magnate argentino y vecino de Escobar hizo formal su interés en la planta, al punto que habría incorporado a quince desocupados del molino en una empresa de seguridad relacionada a su grupo.
A todo esto, los empleados de la fábrica de alimento balanceado también son conscientes de que el remate no les garantizará cobrar la voluminosa indemnización que se les adeuda por sus décadas de servicio. Uno de ellos le contó a este medio que la planta que la misma empresa tenía en Zelaya, con el nombre de San Sebastián, hace un año tiene nuevo dueño y sin embargo sus trabajadores no habrían recibido un peso. Para más, el sueño de reactivar algún día el molino ha quedado sepultado, ya que los cambios de zonificación dispuestos por el Municipio de Escobar inhabilitaron esa área urbana para la actividad industrial.
En definitiva, la espera continúa. Será cuestión de seguir desarrollando la paciencia.