martes, 9 de septiembre de 2008

DURO DIAGNOSTICO DE LOS INDUSTRIALES

"La situación actual es
análoga a la de 2001"

El festejo por el Día de la Industria tuvo sabor amargo en Escobar. Es que la entidad que agrupa al sector en el distrito organizó el martes un almuerzo de camaradería donde abundaron críticos testimonios sobre la situación actual y pésimos pronósticos respecto al futuro inmediato de la actividad.
Tras el brindis, El Mensajero conversó con el presidente de la Unión Industrial de Escobar (UIDE), Leopoldo Orsay, quien resumió la realidad de los empresarios fabriles con una drástica comparación con la crisis de 2001, a la vez que identificó a la devaluación como la única salida posible.
- ¿Cómo definiría este momento de la industria, a nivel general, en el país?
- Voy a tratar de ser suave. Por supuesto que hay distintos sectores, y en algunos la situación no es demasiado complicada, pero la gran mayoría de las industrias en la República Argentina está pasando por un período sumamente difícil. Tenemos una inflación que nos golpea mucho, con aumentos de costos de las materias primas, sobre todo las importadas, y en los costos internos, de salarios, impuestos. Todo eso repercute terriblemente en el costo de producción. A la vez, tenemos competencias que son imposibles de vencer. Cuando un portalámparas chino lo traen a cinco centavos, no hay ninguna industria de portalámparas que pueda competir. En nuestra compañía, que fabrica colorantes, tenemos una exportación del 60% de nuestra producción y clientes en cuarenta países del mundo, pero el atraso cambiario y la competencia con los precios de los chinos y los indúes que venden en los mismos mercados hacen que no podamos subir los precios, mientras tenemos unos aumentos de costos extraordinarios. Así que si tengo que trazar un panorama de la industria argentina, en este momento es absolutamente pesimista. Del lado del gobierno nos dan cifras que son muy positivas, pero ¿de qué me sirve que el Estado tenga un superávit en el balance fiscal y externo si vemos que eso no se traduce en el bienestar general y en aspectos positivos para el sector productivo? Tanto el campo como la industria estamos con una situación que es absolutamente análoga a la de 2001.
- ¿Cuáles son los problemas de fondo?
- Los problemas de fondo son los aumentos de costos y el valor del dólar. Bajar los costos es más o menos imposible. Y el aumento del dólar, que acá es una mala palabra, en 2002 tuvo un efecto absolutamente positivo. Ese año concurrí a la conferencia de la Unión Industrial Argentina, en la que por primera vez todos los sectores productivos estaban dando discursos positivos, porque el dólar había subido y les permitía tener competitividad.
- Existe la idea colectiva de que si el dólar está quieto, la economía debe andar bien; ¿una devaluación sería lo mejor para el país?
- En 2002 se temía una repercusión inflacionaria importante, pero hay que reconocerle a Duhalde a y Lavagna que hicieron la devaluación y eso no pasó. Eso permitió que todos nuestros costos de producción bajaran sensiblemente. Es muy distinto si uno está pagándole al obrero el equivalente a mil dólares mensuales, que es lo que nos cuesta hoy, que si los sueldos son de quinientos dólares mensuales. Me dirán que el obrero sale perjudicado, pero si las cosas que tiene que consumir no han subido en forma tremebunda, que es lo que lograron Duhalde y Lavagna, el obrero no se va a ver perjudicado. Al contrario, vamos a tener mucho más trabajo y producción y más posibilidades de tomar personal. Con esta situación, en lugar de tomar personal vamos a tener que echarlo.
- ¿Habla de echar personal en el corto plazo?
- Sí, sí, en el corto plazo. Es lamentable. En nuestra compañía tenemos 130 personas y estamos vendiendo la mitad de lo que podemos vender. O sea, nos sobra la mitad del personal. No lo echamos por razones humanitarias, pero si las cosas siguen así, o echamos personal o tomamos medidas drásticas con respecto a la empresa.
- Todo lo que está diciendo suena muy fuerte, más teniendo en cuenta que según el gobierno el país está creciendo...
- Es fuerte, pero esa es la situación. Yo me indigno cuando veo en televisión a economistas y políticos que hablan acerca de los resultados positivos. Yo quiero ver esos resultados en las villas miseria, en la gente que no llega a fin de mes con la comida, en la situación de las escuelas y los hospitales. Pintan un panorama lindísimo, pero la realidad de la gente es mucho más difícil, hay una preocupación general, los sueldos no alcanzan por la inflación y hay inseguridad porque la gente no sabe si va a seguir teniendo su puesto de trabajo.
- ¿Cómo está la relación entre la UIDE y el Municipio?
- Los municipios tienen un problema: tienen mucho costo de personal y mucha deuda atrasada. Entonces, no tienen plata. Nosotros, por ejemplo, queremos arreglar el pavimento y las luminarias de las calles del parque Oks. Primero pedimos que lo hagan, pero no pueden. Después ofrecimos poner la plata y que nos la descuenten de los impuestos, pero nos dicen que los tenemos que pagar igual. A lo sumo nos prestan las maquinarias para que nosotros pongamos la mano de obra y el material. En materia tributaria estamos siempre discutiendo, es una lucha difícil. Si la Municipalidad fuera más o menos seria y solvente, no sería tanto problema.
- ¿Cree que se debería impulsar la apertura de nuevos parques industriales, en Loma Verde y en Matheu, por ejemplo?
- A Escobar le interesa que haya más industrias, sería muy lindo. El asunto es si las condiciones generales permiten pensar que puede haber nuevas industrias que se radiquen. En este momento, inversiones, préstamos bancarios, presión impositiva, presión salarial, todo eso está en contra. Personalmente soy muy optimista, pero la situación es muy brava.