lunes, 13 de abril de 2009

REPORTAJE PÚBLICO

Jorge Giménez, actor
- ¿Donde y cuando nació?
- Soy de Garín de toda la vida. El 13 de febrero de 1951, martes 13, noche de carnaval.
- ¿En que barrio?
- Soy "cricriano", ahora vivo cerca de la Panamericana, pero pasé muchos años en Cri Cri, ¡barrio bravo! En esa época no había muchos barrios, estaban Cri Cri, La Madrugada, Villa Angélica y Garín centro.
- ¿Dónde hizo la primaria?
- En la que ahora es la N° 5, Hipólito Yrigoyen, en aquellos años era la N° 13.
- ¿Recuerda algún docente?
- De todos me acuerdo, a mi me encantaba ir a la escuela, tengo un recuerdo imborrable y es de los mejores el de aquellos años, fui feliz. Los dos docentes que más recuerdo son Ana María Yosida, una mujer que era recta y dulce a la vez, y del maestro Martín, que lo tuve en el último grado, era sexto por ese entonces, y nunca me voy a olvidar que el primer día que pasó lista de asistencia, yo me llamo Jorge Sixto, pero me daba vergüenza usar ese nombre, y el maestro lo dijo y yo me quedé petrificado, no sabía si decir que era yo o meterme abajo del banco, al final terminó por decirme Sixto solo, y yo me acostumbré y ya no me dio vergüenza, hasta me gustaba tener un nombre poco común.
Cuando terminé sexto, después de la fiesta del egreso, tuve una de las primeras grandes emociones de mi vida, tenía una mezcla de tristeza, alegría, miedo, nostalgia, que volvía con mis amigos para el barrio, me separé unos metros y me puse a llorar.
- ¿Y la secundaria?
- La hice en el Raggio, en Libertador y General Paz, soy electrotécnico.
- ¿Le quedan amigos de aquellos tiempos?
- No, muchos se fueron yendo a otros barrios y otras ciudades, recuerdo a Manuel, compinche en la primaria, al que no vi más. El recuerdo que tengo, también imborrable, eran las larguísimas caminatas para ir de una casa de un amigo a la de otro, ya que no éramos muchos y uno vivía en La Madrugada y otro en Villa Angélica. También recuerdo que por todos lados había muchos árboles, pequeños montes de árboles, ahora no hay tantos árboles en Garín.
- ¿Cómo eran los tiempos de la niñez, cuál la ocupación más importante, el fútbol?
- Jugábamos mucho al fútbol, pero de lo que tengo un recuerdo muy fuerte era de todos los primos, que éramos una banda, los Jiménez se afincaron en Garín por los años 30, nos juntábamos en lo de mi abuela, en una casa muy grande que tenía un patio de tierra, y nosotros correteábamos levantando una nube de polvo y nos recontra ensuciábamos.
Un pedazo de madera era todo, un camión, un tren, también habíamos armado un ring con sogas, para jugar a Titanes en el ring, que era uno de los programas más vistos. Era muy distinta a la de ahora la niñez, nos divertíamos con cualquier cosa y no había tantos conflictos. En la secundaria fue distinto porque ya teníamos más responsabilidades, yo tenía que viajar.
- ¿Cuál fue su primer trabajo?
- En el comedor de la Ford, tendría 16 o 17 años, por la ampliación de la General Paz habían tirado abajo un pabellón de la Raggio, entonces, como no había lugar para todos los dos últimos años los pasaron a la noche, y como había que ganarse el mango, éramos una familia humilde, entré ahí por un conocido, limpiaba las mesas, ayudaba a los cocineros, le llevaba las viandas a los pibes de la escuela.
- ¿Cómo está formada su familia?
- No soy casado, tengo hermanas mellizas, sobrinos, sobrinos nietos, una familia bastante normal.
- ¿Cómo se vinculó con el teatro?
- Ya era grande, en el año 83, al lado de la Municipalidad de Escobar, donde había una sala de salud, por Estrada, la Dirección de Cultura había organizado un taller de teatro que dirigía Gonzalo Urtizberea, desde ahí me dediqué casi ininterrumpidamente, o sea, fueron dos años de estudio ahí, después pasamos al Club Independiente. Pero mi primer encuentro, el enamoramiento fue antes, en Garín, pasé de casualidad por un bar donde había varios amigos que me invitaron a sentarme, estaban organizando un taller de teatro con Villar, que era una persona muy conocida en Pilar, que hizo mucho teatro y enseñó y formó a muchos actores de la zona. Me ofrecieron unirme al grupo, yo jamás había tenido el menor contacto, me enganché, parecía fácil y divertido, pensaba que una obra se montaba en un par de días Y así fue mi vinculación; divertido sí, pero de fácil no tiene nada.
Hubo una época en la que tuve dudas y me alejé, además de los problemas económicos y de trabajo que todos tuvimos, pero me tiraba demasiado y volví a estudiar con diferentes profesores, armando espectáculos con amigos. Desde hace cinco o seis años ya vengo totalmente entregado a esto.
- ¿Cuál es la obra en la que más le gustó actuar?
- "El acompañamiento" de Carlos Gorostiza, la hicimos mucho con Sergio Ríos, hace un par de años la hicimos en el famoso bar de Chiflo, ahķ en el Boulevard enfrente de la estación, un bar que es de interés cultural para la Municipalidad, lindo lugar para dar obras de ese tipo. Armamos un teatrito en la cancha de bochas, dimos seis o siete funciones. Es una obra muy argentina, la estrenaron Carlos Carella y Ulises Dumont, uno de los personajes cree que puede cantar como Gardel, y espera su oportunidad tomando mate en un cuarto de pensión, mientras un amigo le hace el aguante.
La hicimos una vez en la Técnica N° 1, durante una visita de Eugenio Zaffaroni, el juez de la Corte Suprema.
- ¿Cuáles son los actores que admira?
- Argentinos hay muchos, pero no puedo dejar de nombrar, porque siempre enseñan algo y son muy completos a Julio Chávez y Norma Aleandro. También vi trabajar muy bien a Victoria Onetto…
- …Que está buenísima…
- …Sí, también eso.
- ¿Le gusta mirar televisión?
- La verdad que hace dos años me mudé y todavía no fui a buscar el televisor, soy más de ir al teatro, el off, donde uno se encuentra con sus pares, en su propia salsa.
- ¿Cuál obra puede recomendar de las últimas que vio?
- "Gorda" con el Puma Goity, es teatro comercial, no del off, pero me pareció excelente desde todo punto de vista. También puedo nombrar a "Solas" con Julieta Díaz y Cristina Banegas. ¡Y no dejen de ver "El jardín de los cerezos" y "Prueba de amor"!
- ¿Cómo llegó a integrar un elenco dirigido nada menos que por Alicia Zanca?
- Yo había hecho un seminario con Virginia Lombardo, que es la asistente de Alicia, al año siguiente hice, en el teatro de la Comedia, otro seminario con la propia Alicia, y después otro cuatrimestre con Virginia. Después de eso me proponen hacer un taller, cuyo objetivo era formar una cooperativa y montar una obra, que al final fueron dos, un grupo hacemos la de Antón Chejov y otros "Prueba de amor". Hace un año que venimos trabajando, ensayando, y ahora, el 20 de febrero estrenamos.
- ¿Va bien de público?
- Sí, tenemos un promedio de ciento veinte personas, a veces más a veces un poco menos, todavía no tenemos fecha de culminación, mientras siga en estos números. Chejov es un clásico y unido a Alicia Zanca, que tiene un nombre, una popularidad, siempre hay público, quizá no sea un autor que atraiga mucho a los jóvenes, los que van en general siempre tienen más de treinta.
- ¿Fuera del teatro que otras actividades realiza?
- Las que me dan de comer, hago instalaciones eléctricas, domiciliarias de obra.
- ¿Otras actividades artísticas no?
- No, me apasiona el teatro, los escenarios, entre ir al cine, a escuchar música, a la cancha o al teatro, no dudo. Es que el teatro me ayudó mucho para la vida, verlo y actuar.
- ¿Le gusta el fútbol, nombró la cancha?
- Soy de River y en una época me gustó mucho el fútbol, pero después se profesionalizó y comercializó tanto que uno no sabe que está viendo, a veces uno puede llegar a pensar en una gran puesta en escena.
- ¿La política le interesa?
- Sí, me interesa y me mantengo informado, veo que los partidos están un tanto devaluados, uno siempre pretende que las cosas vayan mejor para todos y para eso espera que acierten en la gestión. A nivel local pienso que debe haber sido más complicado cambiar de camiseta; una vez tomada la decisión, lo que hay que hacer nos damos cuenta todos mirando un poco alrededor. Espero que las cosas vayan mejorando.
- ¿Para un garinense de ley, de toda la vida, es importante que por primera vez el intendente sea un vecino de Garín?
- Debería no ser importante, porque una persona elegida por vecinos de todo el municipio, debe atender a todas las zonas por igual, y si empezamos por el egoísmo de pretender ventajas para Garín porque el intendente es de acá, vamos a fomentar un mal gobierno. Son maneras de pensar, si yo conozco a un concejal que es de mi barrio, no voy a ir a presionarlo para que mejore mi cuadra, porque a él lo eligieron para que represente a todos, supongo que hay gente que piensa al revés que yo, pero no me digan que no es un pensamiento mezquino.
- ¿Y cómo ve a nuestra presidenta?
- Me genera un momento de confusión, porque veo que han aparecido contradicciones, no soy anti, pero esperaba que fuera mejor.
- Dejemos temas conflictivos. ¿Le gusta cocinar?
- Tengo una especialidad, las comidas agridulces, tengo una carpeta de recetas que agarro cuando vienen amigos o familiares.
- ¿Cómo es un fin de semana suyo?
- En realidad soy más de salir y estar activo durante la semana, y el fin de semana descansar y estar en familia. Si hago alguna escapada voy al campo, Areco, San Andrés de Giles. Soy más inquieto de lunes a viernes, los domingos almuerzo en familia.
- ¿Un viaje soñado, realizado o por cumplir?
- Conozco mucho de la Argentina; me gustó la zona de Bariloche, San Martín de los Andes, Villa la Angostura. Si algún día pudiera me gustaría conocer la India.
- ¿Y un día de función?
- Los sábados no hago ningún otro trabajo, desde la mañana empiezo a gozar el momento de subirme al escenario, me lustro los zapatos, preparo la ropa; voy dos o tres horas antes al teatro y ayudo a preparar el escenario, la escenografía, disfruto mucho ese momento, me relaja a pesar de la excitación que te da antes de aparecer ante el público.
- ¿Les queda plata?
- Ponemos plata, formamos una cooperativa donde se integran los actores, vestuaristas, escenógrafos, sonidistas, productores. Pusimos el dinero para poder montar las dos obras y esperamos recuperarlo, pero es lo de menos la plata si estamos hablando de amor.
- ¿Qué necesitaría Escobar, o Garín, para ser más amigable con usted?
- Aunque falten políticas estructurales, y a veces parezca que hay una especie de apatía en la gente, no estoy peleado con mi ciudad y mi municipio, de hecho vivo acá desde que nací.
- ¿Qué le gustaría ser si pudiera vivir su vida de nuevo?
- No me quejo para nada mirando para atrás, aunque haya cosas que me hayan quedado truncas, pero sin dudas me hubiera dedicado a actor desde mucho antes.

De Garín, a los escenarios
de la calle Corrientes

Para un actor "tardío", como el propio Jorge Giménez se reconoce, llegar a los escenarios de los teatros porteños, dirigido nada menos que por Alicia Zanca, una verdadera autoridad en materia teatral, debe ser casi como tocar el cielo con las manos.
Y encima con Chejov, el clásico ruso del que se representan sus obras en teatros de todo el mundo; "El jardín de los cerezos" es una de sus piezas más conocidas. Allí se habla de una familia de la nobleza, en el ocaso del feudalismo ruso a fines del siglo XIX, donde quieren mantener el castillo de su familia, pero ninguno se anima a buscar un trabajo para conseguir el dinero para pagar el sostenimiento de lo que les otorgaba brillo, entonces algunos familiares proponen convertirlo en centro vacacional, mientras otros prefieren continuar en estado de anomia y parálisis, mientras la rebelión que culminará en la Revolución de 1905, que fue ahogada en sangre, y la Bolchevique de 1917, que triunfó derrumbando para siempre al zarismo, seguían creciendo al calor de la crisis de la aristocracia.
Jorge Jiménez, el mismo que todos los días camina las calles de su Garín natal, que alguna vez quizá le arregló un desperfecto eléctrico en su casa si usted vive en Cri Cri, o Villa Angélica, está subido a ese escenario que resulta mágico para él, y para los espectadores. Tiene la posibilidad de trastocarse en otro, uno que vivió en la San Petersburgo del mil ochocientos y pico, durante lo que dura la puesta en escena, formar parte de esa aristocracia que quedaba fuera de la historia, para después, en otra obra, creerse un clon de Gardel y sentarse a esperar la oportunidad cuando algún productor, esto tiene que pasar sí o sí, se de cuenta y lo convoque para lanzarlo al estrellato.
Fantástica condición del actor, cambiar de piel, vivir mil vidas, no tener tiempo de aburrirse.
Está los sábados en el teatro El Vitral, de la calle Rodríguez Peña casi Corrientes.