Alberto Laiseca y
el rol del escritor
"Cambiar o caer", fueron las primeras palabras de Alberto Laiseca para definir su comprometido rol como escritor. Así dio comienzo, en la biblioteca Arturo Illia, la primera incursión del ciclo "Café Cultura Nación", que auspicia la Secretaría de Cultura de la Nación.
Laiseca, bajo el perfil de narrador misterioso que lo caracteriza, contestó una pregunta tras otra, transitando por un tobogán de libros, autores y personajes que invitaban a descender por Hermann Hesse, aquel narrador obsesionado con los viajes en búsqueda de la verdad y la justicia, pasando por "El Ulises", de James Joyce, "El Manantial", "El retrato de Dorian Gray", de Oscar Wilde, "La Edad de la Razón", de Jean Paul Sartre, "La Peste", de Albert Camus, "El tambor de hojalata", de Günter Grass, y los cuentos y las anti novelas de Julio Cortazar.
Al final del tobogán imaginario de cada respuesta se repetía la comparación de su padre con Stalin, la interrogación: - Perdón, ¿cuál era su pregunta?, y hasta en una de las redadas cayó "El Matadero", de Esteban Echeverría. Sin embargo, corrido ya de narración oral, se pueden rescatar algunas de sus definiciones y puntos de vista, donde cree que el libro y la computadora se encuentran en extremos opuestos para el lector; que la internet, los celulares y las tarjetas de créditos son los peores males en la actualidad y que la imaginación permite escribir sobre lo que uno no conoce. También consideró que estimular la lectura depende en gran parte de los padres y se sumó a aquellos que afirman que "no hay recetas para escribir".
Además, hubo tiempo para charlar sobre su novela más conocida: "Los Soria". Contó que la trama intenta "reflexionar sobre el poder absoluto y la posibilidad de organizarlo de un modo más humanizado".
En la actualidad, Laiseca dicta talleres literarios donde plantea constantemente que "sin humor y sin ironía no existe la imaginación".
Al cierre de la jornada, la titular de la biblioteca municipal escobarense, María Marta Smokvina, le obsequió un tomo de los cuentos infantiles de Constancio Vigil, una de las colecciones que hoy atrae al escritor, e invitó a los presentes a participar de la segunda convocatoria de este estilo, que se realizará en la semana venidera.
Como aseveró Laiseca, "influir sobre la sociedad y cambiar para bien al mundo parece parte importante de un discurso político", aunque a ojo de buen lector, para "El Compromiso del Lector en la actualidad" mostró poco interés participativo, extra poético, por el devenir de los pueblos.
Vida y obra
Nació en Rosario el 11 de febrero de 1941 y vivió más de ocho años en Belén de Escobar. Ganó la Beca Guggenheim de narrativa en 1991. Trabajó en el campo y en la ciudad, en distintas provincias y varios oficios. Fue durante seis años empleado telefónico y, durante otros diez, corrector de galeras en el diario La Razón. Fue asesor de la editorial Letra Buena durante dos años. Ha realizado notas y críticas para distintos medios. Actualmente dicta talleres literarios y se lo puede recordar por la participación en el ciclo "Cuentos de terror", en el canal I-Sat. Ha publicado las novelas "Su turno para morir" (1976), "Aventuras de un novelista atonal" (1982), "La hija de Kheops" (1989), "La mujer en la muralla" (1990) y "El jardín de las máquinas parlantes" (1993), los relatos de "Matando enanos a garrotazos" (1982), el ensayo "Por favor plágienme!" (1991) y los "Poemas chinos" (1987). Continuó con "El gusano máximo de la vida misma" (1999), "Gracias chanchubelo" (2002). Cuentos de terror (con video) (2003), "Las aventuras del profesor Eusebio Filigranati" (2003) y "Beber en rojo" (2004). Recibió el Premio Konex 2004 con su novela "Quinquenio 1999-2003". Pero bastante antes de publicar su primer libro, Alberto Laiseca ya estaba trabajando en lo que se convertiría en su mítico hijo literario: "Los Soria", una monumental saga novelística de mil quinientas páginas que, dieciséis años después de terminada, se publicó en 1998. Su último libro se titula "Manual sadomasocorno".
el rol del escritor
"Cambiar o caer", fueron las primeras palabras de Alberto Laiseca para definir su comprometido rol como escritor. Así dio comienzo, en la biblioteca Arturo Illia, la primera incursión del ciclo "Café Cultura Nación", que auspicia la Secretaría de Cultura de la Nación.
Laiseca, bajo el perfil de narrador misterioso que lo caracteriza, contestó una pregunta tras otra, transitando por un tobogán de libros, autores y personajes que invitaban a descender por Hermann Hesse, aquel narrador obsesionado con los viajes en búsqueda de la verdad y la justicia, pasando por "El Ulises", de James Joyce, "El Manantial", "El retrato de Dorian Gray", de Oscar Wilde, "La Edad de la Razón", de Jean Paul Sartre, "La Peste", de Albert Camus, "El tambor de hojalata", de Günter Grass, y los cuentos y las anti novelas de Julio Cortazar.
Al final del tobogán imaginario de cada respuesta se repetía la comparación de su padre con Stalin, la interrogación: - Perdón, ¿cuál era su pregunta?, y hasta en una de las redadas cayó "El Matadero", de Esteban Echeverría. Sin embargo, corrido ya de narración oral, se pueden rescatar algunas de sus definiciones y puntos de vista, donde cree que el libro y la computadora se encuentran en extremos opuestos para el lector; que la internet, los celulares y las tarjetas de créditos son los peores males en la actualidad y que la imaginación permite escribir sobre lo que uno no conoce. También consideró que estimular la lectura depende en gran parte de los padres y se sumó a aquellos que afirman que "no hay recetas para escribir".
Además, hubo tiempo para charlar sobre su novela más conocida: "Los Soria". Contó que la trama intenta "reflexionar sobre el poder absoluto y la posibilidad de organizarlo de un modo más humanizado".
En la actualidad, Laiseca dicta talleres literarios donde plantea constantemente que "sin humor y sin ironía no existe la imaginación".
Al cierre de la jornada, la titular de la biblioteca municipal escobarense, María Marta Smokvina, le obsequió un tomo de los cuentos infantiles de Constancio Vigil, una de las colecciones que hoy atrae al escritor, e invitó a los presentes a participar de la segunda convocatoria de este estilo, que se realizará en la semana venidera.
Como aseveró Laiseca, "influir sobre la sociedad y cambiar para bien al mundo parece parte importante de un discurso político", aunque a ojo de buen lector, para "El Compromiso del Lector en la actualidad" mostró poco interés participativo, extra poético, por el devenir de los pueblos.
Vida y obra
Nació en Rosario el 11 de febrero de 1941 y vivió más de ocho años en Belén de Escobar. Ganó la Beca Guggenheim de narrativa en 1991. Trabajó en el campo y en la ciudad, en distintas provincias y varios oficios. Fue durante seis años empleado telefónico y, durante otros diez, corrector de galeras en el diario La Razón. Fue asesor de la editorial Letra Buena durante dos años. Ha realizado notas y críticas para distintos medios. Actualmente dicta talleres literarios y se lo puede recordar por la participación en el ciclo "Cuentos de terror", en el canal I-Sat. Ha publicado las novelas "Su turno para morir" (1976), "Aventuras de un novelista atonal" (1982), "La hija de Kheops" (1989), "La mujer en la muralla" (1990) y "El jardín de las máquinas parlantes" (1993), los relatos de "Matando enanos a garrotazos" (1982), el ensayo "Por favor plágienme!" (1991) y los "Poemas chinos" (1987). Continuó con "El gusano máximo de la vida misma" (1999), "Gracias chanchubelo" (2002). Cuentos de terror (con video) (2003), "Las aventuras del profesor Eusebio Filigranati" (2003) y "Beber en rojo" (2004). Recibió el Premio Konex 2004 con su novela "Quinquenio 1999-2003". Pero bastante antes de publicar su primer libro, Alberto Laiseca ya estaba trabajando en lo que se convertiría en su mítico hijo literario: "Los Soria", una monumental saga novelística de mil quinientas páginas que, dieciséis años después de terminada, se publicó en 1998. Su último libro se titula "Manual sadomasocorno".
Ariel J. Spadaro
